Los hogares españoles tiramos a la basura 24 millones de kilos semanales de alimentos, sobre todo frescos, según el último estudio del Ministerio de Agricultura. Lo positivo: reducir esta cifra es posible siguiendo unos sencillos consejos.
1. Hacer una lista de la compra
Pensando en el menú de la semana para evitar comprar en exceso.
2. Fijarse en la fecha de caducidad
Al comprar, no siempre nos fijamos en cuándo caduca y se nos estropean productos sin darnos cuenta. Y ten en cuenta la diferencia entre caducidad y consumo preferente. En el primer caso, el producto empieza a estropearse a partir de la fecha indicada. En el segundo, solo pierde propiedades, pero no está malo. En muchos establecimientos, ponen delante los productos que se van a caducar antes, así que coge los que están más al fondo del estante.
3. Usar los alimentos que caduquen antes
Si no revisas periódicamente tu despensa, corres el riesgo de que algunos de los productos se pasen sin que te des cuenta. Una buena idea es darle un repaso cada semana, colocando en primer término los alimentos que se tienen que gastar antes, al fondo los que aún tienen una larga vida, y apuntando lo que falta reponer.
4. Planificar las comidas
Intentando aprovechar los alimentos que hayan podido sobrar. Por ejemplo, buscando o creando recetas que incluyan las sobras que tengamos en la nevera:
- Si tienes fruta a punto de pasarse, prepara una macedonia o una tarta. Si has comprado mucha porque estaba bien de precio, puedes conservarla en almíbar o hacer compotas y mermeladas.
- Si te sobra pan puedes elaborar una sopa, unas migas o unas torrijas, convertirlo en pan rallado, o freír unos picatostes para añadir a sopas o cremas.
- Con las verduras que ya van a estropearse, puedes preparar una crema y guardarla en raciones.
5. Congelar de forma correcta las comidas ya preparadas
Para conservar los alimentos más tiempo, guárdalos en recipientes que cierren bien. Ten en cuenta que cuanto más los llenes, menor será la presencia de aire y, por tanto, el riesgo de oxidación. Una envasadora al vacío es una buena opción para conservar los alimentos durante más tiempo y en perfecto estado.
6. Usar bien el congelador
Mejor congelar en raciones pequeñas o individuales para que así solo tengas que descongelar tantas como necesites según el número de comensales. No te olvides de indicar la fecha de congelación para no guardar la comida eternamente.
7. Organizar el frigorífico
La carne y el pescado deben colocarse en la zona más fría. La carne tápala con papel de aluminio o guárdala en un recipiente con rejilla para que los jugos que desprenda no entren en contacto con el resto de alimentos.
- El pescado es mejor guardarlo ya limpio.
- La fruta y la verdura puede estar en un lugar fresco o en la nevera. Procura retirar o abrir las bolsas de plástico para que respiren.
- El embutido cortado dura más en recipientes cerrados, en los estantes centrales.
8. Conservar los productos en el lugar adecuado
No todos los alimentos van a la nevera:
- Los plátanos, los mangos o los aguacates se estropean con el frío.
- Los tomates pierden su sabor si se guardan en la nevera.
- El pescado, los mariscos o algunos lácteos se malogran si no se refrigeran en 24 horas. Así que si vas a tardar en consumirlos, mejor mételos al congelador.