El parto en el agua es una de las opciones más suculentas para muchas mujeres. Realmente, esta práctica puede tener sus beneficios, aunque siempre debe realizarse con extrema precaución y con medios sanitarios siempre al alcance.
Dar a luz en el agua: cómo hacerlo correctamente
¿Sabías que este tipo de parto puede hacernos sentir una mayor relajación que el convencional? Realmente, se sabe que puede incluso fortalecer el vínculo de la madre con el bebé al estar en un entorno más íntimo.
En primer lugar, para llevar a cabo esta práctica, recomendamos disponer de una matrona en el lugar y un ginecólogo para que intervenga solo en caso de urgencia. Este tipo de parto está pensado para las que deseamos dar a luz en un lugar fuera del barullo de una sala de partos.
También, destacar que existen centros sanitarios y hospitales especializados en partos en el agua, que pueden garantizarte total seguridad en un entorno acuático.
Si se trata de tu primer parto acuático, debes esperar a que la dilatación se active adecuadamente para entrar en el agua. El cuello del útero debe alcanzar unos cinco centímetros. Si entras antes de la dilatación, puede ser que las contracciones se vean ralentizadas.
Una vez dentro del agua, solo debes sumergirte hasta el pecho. No deberías permanecer más de 2 horas seguidas, ya que el efecto relajante podría ser contraproducente. Si notas que la posición es incómoda, puedes hasta solicitar una silla de parto acuática.
La expulsión se va a dar cuando los profesionales indiquen que es el momento oportuno. Es en este punto cuando te van a preguntar si deseas dar a luz dentro de la bañera o fuera.
No debes preocuparte de que tu bebé trague agua al nacer, ya que aún va a respirar por el cordón umbilical. Nada más nacer, coloca tu bebé sobre el pecho y córtale el cordón umbilical.
Lo que sí es recomendable hacer fuera del agua es expulsar la placenta, para evitar las embolias
Beneficios del parto acuático
Para nosotras, puede ser ideal este tipo de práctica para disminuir la ansiedad. En todo caso, permite disminuir los miedos y desinhibirte más ante un entorno más natural y preparado para ti.
Por otro lado, esta práctica puede disminuir la tensión arterial y mejorar la circulación sanguínea. Además, el parto en el agua proporciona mayor facilidad de movimientos. Así, considera que la dilatación suele ser más rápida por el efecto de relajación del agua y las contracciones más efectivas. De este modo, la duración del parto suele acortarse.
Pero, ¿sabes que para el bebé también es beneficioso? Le ayuda a eliminar el estrés producido y mejora su transición desde el líquido amniótico al mundo exterior. En todo caso, el bebé puede adaptarse fácilmente al nuevo medio gracias al agua.
Esta es una de las opciones preferidas por ginecólogos y matronas. El parto en el agua está cada vez más demandado. No obstante, debes practicarlo siempre y cuando existan las condiciones necesarias en el lugar. Te animamos a informarte más sobre esta práctica.