La incorporación de la mujer al mercado laboral es ya un hecho; pero eso no implica que no existan ciertos roles laborales femeninos muy marcados. Además, se sigue produciendo una clara discriminación por sexos, en la que nosotras seguimos perdiendo. No obstante, eso no implica que no haya lugar para la esperanza.
Los trabajos de las mujeres: ¿de dónde de venimos?
El trabajo de las mujeres se ha visto mucho tiempo menospreciado, desprestigiado e ignorado a lo largo de la historia, a diferencia del trabajo del hombre, entendido como el auténtico motor de la economía de cualquier sociedad. Solo debes pensar en el cuidado y la atención de la casa, la salud familiar y la economía hogareña, todos ellos trabajos tradicionalmente asignados a las mujeres y fundamentales para el bienestar de cualquier colectivo, y, sin embargo, de los trabajos peor remunerados y menos reconocidos (todavía hoy).
Y es que el trabajo en el hogar de las amas de casa nunca ha sido reconocido como un trabajo como tal, a pesar del esfuerzo diario que requiere. No cuenta con reconocimiento, ni remuneración, ni vacaciones pagadas; no tiene horarios de entrada o de salida, y además, carece de ascensos. Está totalmente invisibilizado. ¿Pero cuál debería de ser el salario de un puesto tan importante y con tanta responsabilidad?
Los roles de las mujeres en el trabajo actual
Pero dejando a un lado todo lo anterior, lo cierto es que nuestro papel en el mundo laboral (digamos “reconocido”), y aun sin olvidar las mejoras que se han venido produciendo, sigue todavía bastante anclado en esas profesiones que son entendidas tradicionalmente como femeninas: maestras, secretarias, peluqueras, vendedoras de comercio, etc.
Aquellos trabajos más bien relacionados con la fuerza o rudeza, asociadas a la masculinidad, siguen estando copados por hombres, mientras que todos aquellos trabajos relacionados con los cuidados continúan mayoritariamente en manos de la mujer. No obstante, ya comenzamos a ver cambios producidos por el aumento de las mujeres en el terreno educativo y las altas cualificaciones. Así, los roles de las mujeres en el trabajo se centran hoy sobre todo en:
– Los empleos de tipo administrativo.
– Profesionales de ámbitos científicos e intelectuales.
– Servicios personales, de restauración y comercio.
Aún queda mucho que mejorar
La situación de desigualdad laboral que las mujeres debemos soportar aún continúa siendo bastante notable. Las siguientes consideraciones sobre los trabajos de las mujeres pueden resultar bastante explicativas por sí solas:
– La jornada laboral no acaba nunca para la mayoría de nosotras, pues después del trabajo, aún debemos dedicarnos a las tareas domésticas.
– El salario medio anual de las mujeres representa un 77,1 % del de los hombres (según encuesta del INE).
– La brecha salarial entre sexos se incrementa en función de los salarios. O lo que es lo mismo: a mayor salario, mayor es la brecha (OIT).
– El acceso a cargos directivos y de responsabilidad es menor en las mujeres que en los hombres, lo que confirma que sigue existiendo el famoso techo de cristal.
Como ves, a pesar de los avances, debemos seguir luchando para que los roles laborales femeninos sean valorados como se merecen: en la igualdad que nos merecemos.